Los cometas son cuerpos celestes del Sistema Solar, puesto que orbitan alrededor del Sol, con trayectorias elípticas, parabólicas o hiperbólicas, generalmente, muy excéntricas. Esto causa que se acerquen considerablemente al Sol en determinados períoos.
Están compuestos por agua, hielo seco y amoniaco, principalmente, además de metano, hierro, magnesio, silicatos y sodio. Todos estos materiales se subliman con el calor del Sol, es decir, pasan del estado sólido al gaseoso de forma súbita, formando una atmósfera denominada "coma". Cuando esta cabellera recibe el azote del viento solar, se genera la cola, al ionizarse sus componentes.
Cometa Docias. |
Sin embargo, los cometas no tienen una cola solamente, si no que pueden presentar hasta tres: una de gas, que se dirige siempre perfectamente opuesta a la luz del Sol; una de polvo, que retiene parte de la inercia del movimiento del cuerpo sólido y que se alinea entre éste y la cola de gas; y una tercera, descubierta en el cometa Hale-Bopp, compuesta de iones de sodio.
Las colas de los cometas pueden extenderse millones de kilómetros y, cuando la Tierra atraviesa la órbita de un cometa, esas partículas entran en la atmósfera, produciendo el fenómeno de las estrellas fugaces o las lluvias de meteoros.
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