El modelo de coche más caro de
producir de la Historia
no tenía puertas ni volante y sus ruedas no eran neumáticas, si no metálicas. Era
un cupé descapotable todoterreno de motor eléctrico, que no alcanzaba más allá
de los 14 km/h y, pese a tener una autonomía de 170 horas, tuvo una vida útil
máxima de solo 96 horas. A pesar de todos esos inconvenientes, el presupuesto
que la empresa americana Boeing presentó para su construcción ascendía a los 19
millones de dólares. Pero se quedaron cortos y el coste final se duplicó hasta
los 38. Y, sin embargo, se trata del coche más especial de todos cuantos se
hayan conducido. Aunque solo sea porque sus trayectos fueron por la Luna.
Se trata del Lunar Rover Vehicle,
utilizado por tres de las misiones que la NASA envió a la Luna: Apollo 15, 16 y 17.
Solamente se fabricaron cuatro
Lunar Rover, aunque, debido a la cancelación de la misión Apollo 18, el cuarto
quedó en suspenso. Los otros tres se abandonaron en la Luna después de completar su
misión de transportar a los astronautas y las muestras tomadas, y aún se
mantienen en nuestro satélite (el Rover Lunar de la misión Apollo 17 fue
observado nuevamente por la sonda Luna Reconnaissance Orbiter en 2009 y 2011).
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